Toda mercancía tiene una fracción arancelaria. Saber cómo obtenerla es una obligación no escrita en el mundo de las importaciones y exportaciones. Uno de sus beneficios, es que nos permite identificar los impuestos a pagar.

La fracción arancelaria es un código aduanero compuesto por ocho dígitos, que se obtiene a través de la clasificación arancelaria.

La fracción, sirve para indicar los impuestos a pagar, así como las regulaciones y formalidades que tendremos que cumplir en nuestras operaciones comerciales.

Este código numérico le otorgará a nuestra mercancía un nombre común en las aduanas de todo el mundo. 

Lo anterior, gracias a que su integración se basa en el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías de la Organización Mundial de las Aduanas (WCO por sus siglas en inglés).



Esto nos permite identificar la mercancía, de lo más simple a lo más complejo y de lo menos elaborado a los productos que ya se encuentran en el resultado final de su elaboración.

¿Cómo se obtiene la fracción arancelaria?

Para obtener la fracción arancelaria, es necesario tomar en cuenta las partes que integran sus ocho dígitos:

• El primer par de números se llama “Capítulo”.
• El segundo par de números se llama “Partida”.
• El tercer par de números se llama “Subpartida”.
• El cuarto par de números se llama “Fracción”.

Las reglas generales de clasificación arancelaria las encontramos en el artículo 2 de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación.



La primera regla nos habla de cómo clasificar los productos legalmente nombrados, es decir, los que se encuentran identificados en la ley de forma específica, por ejemplo: caballos, cuyo Capítulo sería 01, de la Partida 01.

La ley nos remite a las notas explicativas o nacionales, donde se encuentra la justificación de la partida que seleccionamos.

En caso de que nuestra mercancía no se pueda clasificar por medio de la Partida, como en los productos legalmente nombrados. Entonces pasamos a la segunda regla.   

La segunda regla nos habla de los productos que por logística se presentan desmontados y los que aún no están terminados. Por ejemplo, cuando compramos un escritorio que viene desarmado.

En este supuesto, no se clasificará el producto por piezas, es decir, se tomará en cuenta como un conjunto, conforme al producto como si ya se encontrará montado. 

La tercera regla, se enfoca en la industria de la transformación, y nos ayuda a encontrar los productos que se encuentran mezclados. Por ejemplo, un estuche de rasurar, comestibles con saborizante, entre otros.

Los productos mezclados o juego de productos acondicionados para venta, se van a clasificar de acuerdo a su: a) Ingrediente principal; o b) Uso. 

En caso de que no se encuentre en estos dos incisos, se clasifica en la fracción 99, de productos que no caben en otra clasificación.

La cuarta regla, aplica para el terreno de la innovación y tecnología, la cual consiste en clasificar la mercancía por analogía, cuando ésta aún no exista de forma específica en la ley, por tratarse de algo nuevo en el mercado. 

Es decir, se buscará un producto similar o análogo al que trato de importar o exportar. Por ejemplo, antes se clasificaba a las luminarias led, igual que cualquier foco.

La quinta regla, es exclusiva para el envase y embalaje. Es decir, si la mercancía viene en un estuche “común”, se clasifica en la fracción arancelaria de su producto. 

Si el envase o embalaje es innovador o diferente al que se usa comúnmente para nuestros productos, entonces, también se tendrá que sacar una fracción arancelaria para el envase.

La sexta regla, nos menciona que, de la primera a la quinta regla, sirven para obtener los dos primeros pares de la fracción arancelaria. Y que es necesario aplicar de nuevo todas las reglas generales para llegar a la Subpartida.

Los tres primeros pares de la fracción arancelaria, son el código numérico universal. El último par corresponde a una clasificación nacional. 

Actualmente, existen plataformas digitales que nos ayudan a obtener nuestra fracción arancelaria al ir seleccionando paso por paso cada uno de los pares que la integran.

Lo anterior mostrando el camino para obtener la fracción: 1) Definimos la Sección; 2) Identificamos el Capítulo; 3) Seleccionamos la Partida; 4) Seleccionamos la Subpartida; y 5) Obtenemos la Fracción de ocho dígitos.



Cuando llegamos a la fracción de nuestra clasificación arancelaria, se determina si nuestra mercancía no paga impuestos. Lo anterior, en la inteligencia que siempre vamos a pagar el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Ejemplo de un producto con 0% de arancel:

Fracción arancelaria: 95061999. Para mercancías y productos diversos de deporte, cultura física y demás.



No se pagaría impuesto, únicamente se tendría que pagar el 16% de IVA.

Ejemplo de un producto que sí tiene arancel:

Fracción arancelaria: 94051001. Para lámparas equipadas con baterías, clavijas e interruptores. 



Por importación, se pagaría un arancel del 15% del valor del producto más el 16% del IVA.

Corrobora con un experto.

Si nuestras mercancías tienen una fracción arancelaria incorrecta, podríamos ser acreedores a multas y gastos no contemplados. Por ello, es importante acudir siempre a los expertos. 



La Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación puede ser confusa para las personas que no han incursionado en comercio exterior.

Respaldarnos en una agencia aduanal es la mejor inversión, para evitar multas, pérdida de mercancías o de dinero, y lo que es más, para no acaparar nuestro tiempo en los procesos que implican importar o exportar.

Corroborar nuestra fracción arancelaria con los expertos, e incluso dejar en sus manos este proceso, nos permitirá conocer mejor el juego del comercio exterior, en donde se necesita atención inmediata y acciones jurídicamente respaldadas.

Te invitamos a conocer más sobre soluciones logísticas integrales.